Esta página fue realizada por Braulio ArteagaDesde Ciudad Bolívar, Venezuela ..... para el Mundo!.

       

EDITORIAL

MEDICINA Y BÉISBOL

LÍNEA DE PRIMERA

TÍRATE EN SLIDE
TEMA DEL MES
NUTRICIÓN

DOBLE PLAY

SALUD

MI RELIGIÓN Y SU DIOS ...

GRANDES ESTRELLAS

RECOMENDADOS

FORO

MI CIUDAD Y SU GENTE

__________________

 

Saludlandia

_____________________

 

LiOrtopedia y Traumatología

_______________________

 

Sitio Médico

________________________

 

Cyber Anatomía

_______________________

 

Anatomía y Patología

_______________________

 

Médico Net

________________________

 

Manual Merck

________________________

 

Salud y deportes

______________________

 

Salud vital

______________________

 

Alianza sin Drogas

______________________

 

La Red

______________________

 

Cardiología española

______________________

 

Siic Salud

_______________________

 

Entorno médico

______________________

 

 

Contra la adicción

_______________________

 

Revista Cubana de Salud

______________________

 

Asignación

______________________

 

Netmío.com

_______________________

 

 

 

 

 

 

 

 

[PRINCIPAL]     [EDITORIAL]     [MEDICINA Y BÉISBOL]    [TEMA DEL MES]     [SALUD]

 

  [GRANDES ESTRELLAS]    [RECOMENDADOS]     [FORO]     [MI CIUDAD]

 

 

 

 

 

Actividad Física y Salud

 

 

Intensidad de la actividad física y riesgo de enfermedad coronaria en los hombres

 

     La relación inversa entre actividad física y riesgo de enfermedad coronaria (a mayor actividad, menor riesgo) había sido ya bien demostrada. Las personas sedentarias doblan el riesgo de padecer una enfermedad coronaria comparadas con las que realizan periódicamente una actividad física de cierta intensidad.

Pero, lo que aún no está claro es cuál sería el nivel óptimo en la intensidad de la actividad física, para que fuera más positiva en esta reducción del riesgo .

A esta interrogante se ha tratado de contestar en un trabajo publicado en el Journal of American Medical Association del 23/30 de octubre por un grupo de investigadores de la Harvard Medical School.

Su objetivo ha sido evaluar la cuantía, el tipo y la intensidad de la actividad física en relación con el riesgo de enfermedad coronaria en los hombres.

El amplio estudio prospectivo ha sido realizado en una población de 44.452 hombres, seguida a intervalos de 2 años, desde 1986 hasta enero de 1998. La principal medida final del resultado de la evaluación ha sido, en cada individuo, la incidencia de un infarto de miocardio -causara o no la muerte del individuo- durante el periodo de seguimiento.

La pregunta que se realizaba a los participantes sobre su actividad física era la siguiente: ¿Durante el pasado año, cuál ha sido el tiempo medio dedicado cada semana al tipo de actividad física que ha realizado?

Estas actividades físicas se clasificaron así:caminar (walking), marchar al trote o jogging (< 10 kmph), correr (running) (>10 kmph), practicar ciclismo, nadar, jugar al tenis o al squash, hacer una tabla de gimnasia o remar.

Los ejercicios físicos contra resistencia (weight training) fueron añadidos al cuestionario en el 1990. Caminar, como actividad física, se subdividió en las siguientes variedades: casual (< 3,3 kmph), normal (3,3-4,8 kmph), a paso vivo (5-6,5 kmph) y a grandes zancadas (>6,6 kmph).

Durante el periodo de seguimiento se documentaron 1.700 nuevos casos de enfermedad coronaria.

Los diversos tipos de actividad física se asociaron inversamente con el riesgo de enfermedad coronaria. En comparación con los que no realizaban ningún tipo de actividad física se observaron las siguientes reducciones, en tanto por ciento, del riesgo de padecer una enfermedad coronaria.

- Los que corrían una hora o más por semana presentaron una reducción del riesgo del 42%.

- Los que practicaban ejercicios físicos contra resistencia durante 30 minutos o más por semana presentaron una reducción del riesgo del 23%.

- Los que remaban durante una hora o más por semana reducían el riesgo en un 18%.

- Los que caminaban con paso vivo durante media hora o más por día reducían el riesgo en un 18%. El ritmo de la marcha al caminar se asociaba con una reducción del riesgo de enfermedad coronaria, independientemente del número de horas caminadas.

En suma, la intensidad media del ejercicio físico se asociaba con una reducción del riesgo de enfermedad coronaria, independientemente del número de horas dedicado a la actividad física.

Como conclusión, los autores del trabajo consideran que el incremento del volumen total de la actividad física, el aumento de la intensidad del ejercicio aeróbico -de baja a moderada y de moderada a alta- así como la inclusión de ejercicios contra resistencia en los programas son las estrategias más efectivas para reducir el riesgo de enfermedad coronaria en los hombres.

(
Fuente: JAMA)

 

Lesiones deportivas en la mujer

     En un trabajo publicado en la revista "American Journal of Sports Medicine", un grupo de investigadores de la Universidad de Carolina del Norte se plantea cuales son las causas de la mayor frecuencia de lesiones de los ligamentos de las rodillas en las mujeres que practican deportes: concretamente, en lo que se refiere al ligamento cruzado anterior, las lesiones deportivas de este ligamento son casi 8 veces más frecuentes en las mujeres que practican, por ejemplo, baloncesto, fútbol y voleibol.

     Los autores llegan a la conclusión de que esta mayor frecuencia es debida al hecho de que las mujeres, al caer del salto apoyan los pies en el suelo con sus rodillas más rectas -más extendidas- y más torsionadas que los hombres.

     Esta torsión súbita junto con el exceso de presión en el interior de la cavidad articular de la rodilla, condicionado por la posición más extendida de sus rodillas, contribuiría a provocar un excesivo estiramiento de las fibras del ligamento cruzado anterior e incluso su rotura.

     Además, las mujeres transmiten más fuerza a sus rodillas al caer del salto porque tienden a utilizar más para elevarse del suelo el músculo cuádriceps -situado en la cara anterior del muslo- que sus músculos gemelos, situados en la cara posterior de la pierna.

     La conclusión de los autores del trabajo es que, si se entrenan a las atletas femeninas en la utilización predominante de sus músculos gemelos para saltar, así como a flexionar más sus rodillas al apoyar los pies en el suelo, se podrían prevenir muchas de las lesiones deportivas del ligamento cruzado anterior.

(Fuente: "
Nature")

 

La actividad física programada a partir de los 80 años previene las caídas

 

     Un programa de ejercicios físicos en ancianos con 80 o más años, realizados en casa, dirigidos por una enfermera de distrito dedicada a la asistencia domiciliaria y , entrenada por un/una fisioterapeuta, resulta no sólo efectivo sino eficiente (relación coste/beneficio) en la prevención de caídas, según dos estudios publicados en el "British Medical Journal" del 24 de marzo.

     En el primer estudio -un ensayo realizado con un grupo de control en el que no se realizaron los ejercicios programados- una enfermera del servicio de salud dedicada a la asistencia a domicilio, entrenada para este estudio por un/a fisioterapeuta, realizó cuatro visitas a los ancianos en las semanas 1, 4, 6 y 8, con otra visita de estímulo a los 6 meses.

     Los ejercicios consistían en la potenciación de la musculatura de las extremidades inferiores colocando pesos progresivamente elevados en los tobillos (1,2, 3 y 4 kg). Los participantes debían hacer los ejercicios al menos tres veces por semana -30 minutos cada sesión- y pasear al menos dos veces a la semana, durante un año. En los meses en los que no estaba prevista visita a domicilio, se telefoneaba al participante para mantener la motivación.

     El programa fue efectivo en los individuos con 80 años o más, pero no en los que tenían 75 a 79 años. Este programa parece ser más efectivo en los individuos con musculatura más débil, ya que los ejercicios incrementan la fuerza muscular lo suficiente para alcanzar el umbral crítico que es necesario para mantener la estabilidad y disminuir significativamente el número de caídas.

     En el segundo estudio, la diferencia estriba en que la enfermera que interviene pertenecía a las unidades de medicina general y los resultados fueron similares en cuanto a la reducción del número de caídas en los ancianos con 80 o más años.

     Los efectos positivos del programa de ejercicios pueden ser potenciados si tanto el anciano como los familiares toman conciencia del riesgo de caídas y de las graves consecuencias de éstas, de la necesidad de revisar las medidas de seguridad en la casa y de la consultar a su médico de cabecera sobre la dosis más adecuada de los fármacos psicotrópicos, si se le administra este tipo de medicación.

(Para más información: "
British Medical Journal ")

 

Los beneficios de una actividad física regular sobre la salud

     Los beneficios de la actividad física sobre la salud y el bienestar han sido valorados positivamente a lo largo de la historia en el mundo occidental, aunque hasta la segunda mitad del siglo XX no se comenzaron a acumular fundamentos científicos que sostuvieran esta creencia.

     En la década de los años 70 se disponía de bastante información acerca de los efectos beneficiosos de ejercicios vigorosos sobre la buena forma del sistema cardio-respiratorio, por lo que la American Heart Association (AHA), entre otras organizaciones, comenzó a publicar textos en los que se recomendaba la actividad física.

     Estas recomendaciones se centraban en la resistencia cardio-respiratoria y en periodos de intensa actividad física que implicaban a grupos de músculos largos, que duraban al menos 20 minutos, durante 3 o más días a la semana.

     Cuando se demostraron los beneficios de una actividad física menos intensa, la AHA y otras organizaciones pasaron a recomendar ejercicios regulares de actividad física moderada como una buena opción a la falta de ejercicios. En los EE.UU, dentro de los objetivos para conseguir un pueblo sano en el año 2000 (Healthy People 2000) se reconoce la importancia de la actividad física.

     Las "Guías Dietéticas" ("Dietary Guidelines") del año 1995 incluían ya la actividad física para mantener y mejorar el peso corporal, realizada durante 30 minutos, con moderada intensidad, todos o, al menos, casi todos los días de la semana.

     Estas recomendaciones se apoyan científicamente en los recientes hallazgos acerca de cómo la actividad física afecta a la función fisiológica.

     Las respuestas del cuerpo humano a la actividad física tienen efectos muy positivos sobre los sistemas músculo-esquelético, cardiovascular, respiratorio, metabólico, inmunitario y endocrino.

     Estos efectos implican una serie de beneficios tangibles para la salud: reducción del riesgo de enfermedad coronaria, hipertensión arterial, cáncer de colon y diabetes mellitus.

     La actividad física regular también parece reducir la depresión y la ansiedad, mejora el carácter y potencia la capacidad de realizar las tareas diarias a lo largo de la vida.

     Los efectos beneficiosos del ejercicio disminuyen al cabo de 2 semanas de reducción sustancial de la actividad física y desaparecen entre 2 y 8 meses, si no se recupera dicha actividad.

     Los riesgos asociados con la actividad física también deben ser tenidos en cuenta. Los problemas más comunes relacionados con la actividad física son lesiones musculoesqueléticas, las cuales pueden producirse en relación con una actividad física excesiva o bien cuando esta actividad se inicia de modo súbito, sin preparación apropiada.

     Problemas más graves (como un infarto de miocardio o una muerte súbita) son bastante más raros, presentándose en personas sedentarias, con arterioesclerosis generalizada, que realizan bruscamente una actividad física extenuante, para la que no están acostumbrados.

     Las personas de hábito sedentario que desean aumentar su actividad física deben hacerlo poco a poco, hasta alcanzar el deseado nivel de actividad. Incluso entre las personas regularmente activas, el riesgo de infarto de miocardio o de muerte súbita está algo incrementado durante el ejercicio físico, aunque sea inferior al de las personas sedentarias.

     Las investigaciones sobre la actividad física beneficiosa para la salud se han centrado sobre las características que debe tener esta actividad para que suponga dicho beneficio.

      En las personas muy ocupadas que no disponen de tiempo para realizar un programa de actividad física durante 30 minutos -tiempo mínimo recomendado- repartir este tiempo en varios episodios más cortos de actividad, siempre que sumen al final del día los 30 minutos, produce los mismos resultados positivos.

     A pesar de ser conscientes de los beneficios de la actividad física, más del 60% de los norteamericanos no llevan a cabo una actividad física de forma regular y un 25% es totalmente inactivo.

(Fuente: "Physical Activity and Health. A report of the Surgeon General". National Center for Chronic Disease Prevention and Health Promotion)

 

 Artículos tomados de

http://SALUDLANDIA.COM

 

| [ Ir a página Principal ] |

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Todos los Derechos Reservados 2002 Beisbolysalud
Webmaster