MEDICINA Y BEISBOL
NINGUNO COMO
VALENZUELA
Por Braulio Arteaga
270953@cantv.ne
En
America latina contamos con una gran cantidad de beisbolistas
a quienes hemos admirado y aplaudido en diferentes èpocas.
Còmo no sentirnos orgullosos de Pedro Martinez, Alex Rodríguez
y Sammy Sosa de Dominicana, de Roberto Alomar de Puerto Rico,
de Padilla de Nicaragua, de Mariano Rivera de Panamá, de los
noveles Rodrigo Lòpez de México y Francisco Rodríguez de
Venezuela, del veterano Palmeiro de Cuba?. Un Marichal, un
Cepeda, un Carew, un Clemente, y un Luis Aparicio con placas
en el Salòn de la Fama, y otros como Dennis Martinez que tiene
su puesto seguro en ese museo. Ellos han estremecido de la
emociòn a los fanáticos del béisbol de todas las edades.
Innumerables e indispensables se estan haciendo los de
èstas tierras en los diamantes de Norteamérica. Han sido
estrellas que han brillado con luz propia. Pero ninguna
de ellas resplandeció tanto, deslumbrò tanto y enloqueció a
tantos como el espectacular lanzador zurdo mexicano
Fernando “el toro” Valenzuela.
Los
periodistas de la prensa escrita, de radio y televisión
realizaban autenticas excursiones para perseguir a Fernando,
entrevistándolo, fotografiándolo para obtener el mínimo gesto
de aquèl joven melenudo y robusto que se colocaba la gorra
casi hasta la altura de sus cejas. Valenzuela inspirò la
llamada Fernandomanìa que era una adicciòn del pùblico
hacia su ìdolo, se podìa vender cualquier objeto que estuviera
relacionado con Valenzuela sea marcado con su numero 34, con
su nombre, con su paìs, los Dodgers capitalizaron toda esa
mina de oro que significaba el gordito mejicano. Quien no
tenìa el cuerpo de un atleta ni la cara de un galàn de cine,
pero sus fotografías eran publicadas en todos los diarios y
revistas del mundo. Con Ichiro Suzuki trataron de hacer lo
mismo, pero eso no llegò a trascender mas allà de Seattle y
por supuesto por allà en Oriente, nunca pudo igualarse a
aquel furor desbocado que ocasionaba Valenzuela en cualquier
ciudad que se presentara, pues se llenaban los estadios
hasta las banderas cuando sabìan que Valenzuela iba a subir
a la lomita. Ningun jugador latino americano hasta la fecha
ha logrado causar este efecto inductor en todos los amantes
del béisbol.
Valenzuela sacò del anonimato al pueblo de Etchohuaquila,
lugar donde naciò el primero de noviembre de 1960. Jugó en el
Puebla, de la Liga Mexicana y con los Mayos de Navojoa desde
1979 hasta 1995, en la Liga Mexicana del Pacífico, su
incorporación a Los Angeles Dodgers, ocurre en julio de 1979.
Permaneció con ellos hasta 1990; pasó a los Angeles de
California en 1991, al Jalisco (equipo de las Ligas Menores de
los Detroit Tigers) en 1992,
, a los Orioles en 1993, a los Phillies de
Filadelfia en 1994, en 1995 hasta el 97 milita con San Diego
y finaliza su carrera con San Luis en 1997. Desde 1997 hasta
el 2001 jugò con los Naranjeros de hermosillo en el béisbol de
su Paìs.
En
México con Los Mayos ganò 26 y perdiò 19, 2.40 de efectividad,
con 340 K. Con Hermosillo tuvo 13-8, 4.15 de era, y 71 K.
Fernando fue firmado por Mike Brito para los Dodgers, debuta
en 1980, ese año participa en 10 juegos, gana 2, sin perder
en 17.2 entradas, con 16 K y no permite carreras limpias,
queda su era en 0.00. En las menores habìa aprendido un
lanzamiento en tirabuzón o screwball, el cual perfeccionò y
lo lanzaba en dos velocidades diferentes. Quien lo enseñò fue
otro mejicano Bobby Castillo. Ademas tiraba curva en dos
tiempos, bola rápida y cambio de velocidad, con èstas
herramientas llegarìa a ser el lanzador novato mas exitoso en
la historia de las grandes ligas.
Por
casualidad del destino se convierte en el primer lanzador
novato de los Dodgers que abre un juego de temporada, lo hizo
versus Houston, en el año 1981. Los cuatro abridores
estelares presentaban problemas en ese instante, le dieron la
pelota a Valenzuela, quièn peleaba con Sutcliffe el quinto
lugar en la rotación en el equipo. No pudo ser mejor , lanzò
9 ceros, le dieron 5 hits y abanicò a 5. El pùblico y los
comentaristas quedaron atónitos al ver a ese joven robusto,
cuando levantaba la mirada hacia el cielo y tiraba serpentinas
certeras sin mirar hacia el home, era enemigo del centro del
plato, sus pedradas, tirabuzones y curvas cortaban el
pentágono en las esquinas como si fueran realizadas por un
bisturí. Nadie imaginaba que solo era el comienzo de una
hazaña difícil de lograr : lanzar 8 blanqueos en su primer año
de rookie, nada mas y nada menos que en la gran carpa. Cinco
de esas lechadas fueron logradas en los primeros 7 juegos, en
su tercer blanqueo abanicò a 11 y conectò el hit impulsador
de la ùnica carrera del partido, gano 1x0.
Un
año inolvidable para el miura de Sonora fue 1981,, el 17 de
septiembre implanta el record para novatos con 8 blanqueadas,
esto solo habìa sido logrado por dos veteranos en los años de
1910 y 1913. Finaliza la campaña con 13-7 , en 25 inicios,
2.48 de efectividad, 11 juegos completos y 180 K. Va a la
serie mundial y vence a los Yankees 5x4, en un mal dìa que
otorga 7 boletos, recibe 9 hits y permite 4 carreras limpias.
El 11 de noviembre de ese año gana el premio de Novato del
año, venciendo a Tim Rines y recibe el máximo galardón
para un lanzador el : Cy Young. Tambien fue el rey del
ponche en la Nacional con 180. El Sporting News lo designò
como jugador, lanzador y Novato del año. Esa temporada habìa
participado en el juego de las estrellas.
En
1982 tiene record de 19-13, con 2.87 de efectividad, 18 juegos
completos, 4 blanqueadas y 199 K. Al año siguiente gana 15 y
pierde 10. En 1984 gana 12 y pierde 17, en 13 de esos juegos
su equipo solo hizo una carrera, y en 18 donde lanzò no
fabricaron mas de dos, esa anemia ofensiva del los Dodgers
fue causante de ese record adverso. Hay una anécdota con el
gran lanzador Steve Carlton quien le diò un jonròn con las
bases llenas a Fernando, ganándole el juego 7x2. Cuando
volvieron a enfrentarse siete dìas mas tarde contra el mismo
Steve Carlton , EL Toro se vengò ponchando a 15 filis, le
colgò nueve argollas y solo permitiò 3 hits. En el juego de
las estrellas de ese año enloquece a los fanàticoa al ponchar
en una entrada a Dave Winfield, Reggie Jackson y George
Brett ( hoy todos en el Salòn de la Fama), al inning siguiente
el novato Gooden poncharìa a tres mas seguidos ( Parrish,
Lemon y Davis ). En 1985 logra foja de 17-10 con 208 K, 5
lechadas, y 2.45 de era. En 1986 tiene una excelente
temporada 21-11, con 20 juegos completos, 242K y 3
blanqueos, con 3.14 de era. Pierde quizas injustamente el Cy
Young con Mike Scott ( 18-10 ), derecho de los Astros por una
votación de 15 a 9. Obtiene el guante de oro como lanzador por
su defensa, pues su gordura no le impedía fildear como un
campocorto. Gana el bate de plata por su contacto con la
bola, en ocasiones lo utilizan como emergente. Llegò a no
permitir carreras en 44.1 entradas en esa campaña con una
era de 0.21. En realidad merecía su Cy Young. En 1990 propina
no hit no run a San Luis, al vencerlos 6x0, horas antes de
ese mismo dìa Dave Stewart habìa propinado un no hit no run a
Toronto en la LA. El receptor de los Dodgers en ese juego fue
Mike Scioscia. En sus 17 años en las mayores participò en 453
juegos, 173 W, 153 L, 113 juegos completos, 2074 K y 3.54 de
era. Como Bateador obtuvo average de 200 ptos, con 10
jonrones y 84 empujadas. Si hay alguien que supo describir la
personalidad de Valenzuela, fue el periodista Jim Murray de
Los Angeles Time, fallecido hace años, quien lo catalogò como
un lanzador de curva astuta, que nunca perdía la calma, que
tenìa excelente dominio de las esquinas, muy modesto,
silencioso hasta en su idioma, tampoco hablaba inglès y
necesitaba de traductores. Valenzuela conmocionò al béisbol y
enloqueció a América. Quienes le daban un hit eran
abucheados, pues el era el consentido, el idolo de todos, su
gran honestidad le mereció la admiración de todo el pueblo
norteño, Reagan siendo presidente lo halagò públicamente y lo
invitò a la casa Blanca. Su vida privada con rectitud, como
ciudadano ejemplar. Fernando sin embargo quedò muy sentido con
la administración de los Dodgers, de aquella època, se habla
que le rebajaròn sin misericordia ni honradez el sueldo que
le correspondia entonces, y que lo cambiaron sin
notificárselo. Valenzuela ha rechazado innumerables homenajes
y ofertas de trabajo que ese equipo le ha propuesto, pues
considera que fue tratado injustamente y le fue faltado el
respeto como deportista. Un hombre que le diò tanto a esa
organización, victorias, dolares, fama y fanáticos no mereció
terminar la relación en forma tan triste.
En
abril de este 2002, conocimos la noticia que uno de los hijos
del Toro fue seleccionado en el roster del equipo de la
Universidad de Las vegas para el año 2003. El adolescente de
categoría junior jugò con el club de su colegio el Glendale
Community College, es inicialista, lanza y batea a la zurda,
con average de 404, 4 hr y 41 empujadas. Mide uno ochenta
mts y pesa 98 kgs. Fue uno de los 4 seleccionados por Las
Vegas. Ojalà siga los pasos de su progenitor, lleva su mismo
nombre.
Mike
Brito en una oportunidad dijo que un Valenzuela se produce
cada 15 años en alguna parte del mundo. Nosotros creemos que
difícilmente se puede conseguir un latino tan espectacular
como el Toro Valenzuela.
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