Muchos fueron los
jugadores que
tuvieron que
esperar
que la "barrera
racial" terminara
para conseguir su
turno al bate en
un "conflicto
social" engendrado
y
manipulado por una
raza lastimada
internamente que
no
quería entender
que todos los
seres humanos son
iguales ante los
ojos de Dios.
La
historia era clara
y
reluciente como el
agua, sus bases
fundamentales en
sus comienzos de
no permitir la
intromisión de
hombres
negros en el
pasatiempo del
béisbol escaló el
muro de
la ignorancia y
atentó contra la
libertad innata
de
seres
humanos en este
mundo. La
tolerancia fue la
insignia
que se vistió de
gala efectuando
una marcha de
humildad,
integridad y
sencillez en el
corazón de una
raza que podía
hacer las cosas
como otra
cualquiera.
La esperanza de
estos hombres se
sustentaban de
manera
circunstancial en
un "viaje a las
estrellas" como
presagio al nuevo
horizonte junto
con el arribo del
gran momento
histórico que se
encargaría de
borrar la
línea vertical que
existía entre las
dos vertientes.
El dolor
sociológico y
psicológico era
aterrador, no
había cura para
reparar las mentes
intoxicadas de los
grandes
anglosajones de
cuello blanco de
la época
pasada que venían
arrastrando en sus
espalda un veneno
hiperactivo es sus
venas. Jackie
Robinson hizo
cantos
esa idea ilógica
de "segregación"
gracias a la
oportunidad que le
dió
Branch Rickey para
demostrar su
capacidad ante una
multitud agravante
y demoledora que
no veía con buenos
ojos la idea de la
integración
comunal.
Esto
abrió el camino
para que
posteriormente
se le diera la
oportunidad a el
hombre negro de
pisar
la "Tierra
Prometida de las
Grandes Ligas",
del famoso
pasatiempo
anglosajón.
En el cajón de
bateo de la vida y
con solo 25 años
de
edad estaba
esperando un
hombre llamado Roy
"Campy"
Campanella que
indudablemente
hizo maravillas en
los
10 años que
participó en las
Grandes Ligas.
Campanella
natural de la
sección negra de
Filadelfia nace el
19
de noviembre de
1921, en un lugar
llamado Nicetown.
Su
progenitora era
una mujer negra,
su padre un
emigrante
italiano, ambos
dieron lo que
tenían para darle
a su
hijo "Campi" un
buen ejemplo
combinado con
buenas
costumbres,
acciones y una
fuerte creencia
religiosa.
Campanella era un
hombre fuerte con
una personalidad
a flor de piel,
como todo chico le
gustaba hacer sus
maldaditas. Sin
embargo el hogar
de los Campanella
estaba sólido, sus
columnas estaban
sostenidas con una
base llamada amor,
una protuberancia
prominente de un
oleaje profundo y
contundente.
En una época
marcada por
lejanía económica
Campanella
ingresa a las
Ligas Negras con
solo 15 años en
1936.
Ningún negro
había soñado con
jugar en las
mayores,
algo reservado
solo para los de
piel clara, algo
comentado por el
peor racista del
béisbol, el
Capitán
Anson.
Campanella
conocía muy bien a
Josh Gibson, y
actuó
como receptor ante
los envíos del
gran lanzador
Satchell Paige
cuando era un
adolescente, viajó
a
México y a Sur
América jugando
con todas las
Estrellas
Latinas.
Al ser firmado
Jackie Robinson
por los Dodgers en
1945, Campanella
fue contactado por
el dueño de
Brooklyn y Branch
Rickey, y le
ofrecieron la
oportunidad de ser
el segundo negro
en las mayores.
Era el 1948,
Campanella se
aprestaba a dar el
gran
salto, era un
sueño hecho
realidad en contra
de muchas
mentes que todavía
no aceptaban que
la historia tenía
que cambiar y que
se avecinaban
mejores tiempos.
Roy Campanella
llega a los
Dodgers de
Brooklyn y Leo
Duroche tuvo que
hacer cambios en
la matrícula,
movio
al receptor Gil
Hodges a primera
base, al
inicialista
Bruce Edwards a la
esquina caliente y
puso al novato
Campanella en el
muelle de la
receptoría.
Para sorpresa de
todos el novato
Campanella castigó
la pelotita blanca
al son 287, con 22
proyectiles
fuera del parque.
Empezaba su
peregrinación en
un
valle minado de
controversias e
indiferencias
puestas
de moda en el
deporte del
béisbol,
Campanella lo tomó
con calma y no
sufrió tanto las
indignaciones como
las
que tuvo que pasar
Jackie Robinson.
En muchas
ocasiones Jackie
Robinson decía que
Campanella era
enemigo de los
negros por
emocionarse
demasiado, ellos
nunca fueron
buenos amigos ya
que
Jackie era un real
militante sobre
las raza, mientras
Campanella, era
medio blanco y
nunca llegó a
sentir la
verdadera presión
de la época.
En el 1951, Roy
Campanella gana su
primer premio de
"Jugador Más
Valioso" con un
promedio aceptable
de de
325, con 108
carreras traídas a
casa y 33
bambinazos
fuera del parque.
Al año siguiente
no las tuvo todas
consigo y tuvo una
mala campaña
debido a una
lesión en
la mano, en 1953
bateó para 312 con
41 "Ahí va la
bola" y 142
carreras empujadas
para ganar
nuevamente
el premio de
"Jugador Más
Valioso".
En el 1954, tiene
otra pobre campaña
donde solo bateó
para 207 con 19
cuadrangulares y
solamente 51
empujadas. Vuelve
a la carga y en el
1955 batea para
318 con 32
"pelotitas
blancas"
desaparecidas y
107
carreras
empujadas, en el
1956 vuelve a la
misma
tendencia y tiene
otra temporada
malísima con 219,
20
cuadrangulares y
73 empujadas.
Muchas veces
algunos peloteros
le jugaban bromas
a
"Campi" por la
sencilla razón que
su voz no iba a la
par con su cuerpo,
tenía una voz
rara.
Se acercaba un
momento fatídico
en la carrera de
Roy
Camnpanella, él no
se imaginaba que
su tiempo estaba
contado para jugar
al béisbol.
Vamos al relato
de lo sucedido:
"Era una noche
como
otra cualquiera,
el almanaque
marcaba el 28 de
enero
de 1958, unas
semanas antes de
irse a los
entrenamientos de
primavera, tuvo un
accidente en la
autopista de Long
Island, su carro
se estrelló contra
un poste y él se
fracturó la espina
dorsal quedando
paralizado de por
vida de la cintura
hacia abajo".
Fue un momento
desagradable para
el béisbol, en
1959,
ante 93,103
parroquianos en el
Coliseum de los
Angeles, en un
juego de
exhibición entre
los Dodgers y
los Yanquis, se
apagaron las luces
de las gradas y se
encendieron velas
en su honor,
amigos esta fue
una de
las escena más
emocionantes de la
historia del
béisbol.
De esta manera
amigos lectores
terminó la carrera
de
Roy Campanella en
el béisbol de las
Grandes Ligas, una
carrera corta de
10 años donde hizo
cosas
excepcionales en
el campo de juego.
Su hoja de
servicio nos
relata que tuvo
promedio de
por vida de 276,
con 856 carreras
remolcadas, 242
cuadrangulares,
logró un cetro de
empujadas con 142
en
1953, en tres
ocasiones empujó
100 carreras,
elegido
en tres ocasiones
como "Jugador Más
Valioso", fue seis
veces líder en
jugadores
atrapados tratando
de robar
base y cuatro
veces líder en
promedio ofensivo
para un
receptor.
Roy "Campy"
Campanella llega
al "Salón de la
Fama" en
1969 y fue
incluido en el
puesto 50 entre
los mejores
100 del béisbol.
EDWIN KAKO
VAZQUEZ
ESCRITOR E
HISTORIADOR
DEPORTIVO