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DOBLE PLAY

 por: Edgar Tijerino

De pie batea Roberto Clemente Walker

  ¿Cómo voy a olvidar aquella noche en el Hotel Intercontinental? El Mundial del 72 se había desvanecido como torneo, pero no las emociones.

      Cuba ratificó su título, pero el pitcheo de Julio Juárez, el batazo de Vicente López, el júbilo indescriptible del público después de la grandiosa victoria nica sobre el coloso antillano por 2-0, parecía que podrían permanecer por siempre... Lamentablemente, un terremoto nos estaba esperando a la vuelta de la esquina, y todo se agrietó, desde el Estadio Nacional hasta nuestros corazones, pero no los recuerdos.

      Ahí estaba yo, en esa habitación del Inter, conversando con el astro boricua Roberto Clemente, que había dirigido al equipo de Puerto Rico en un torneo que lo emocionó y lo atrapó... Discutimos varias veces, sobre todo cuando sugerí en una columna de LA PRENSA que sería bueno para el espectáculo un duelo de escopetas entre Clemente y Armando Capiró, y cuando en otra nota dije que un crecido pitcher dominicano, Roberto Rodríguez, estaba en plan de ponchar esa noche a Roberto Clemente si Puerto Rico lo hubiera alineado.

      Clemente era rebelde y emotivo, y siempre se caracterizó por ser dueño de un orgullo no medible. Se consideraba uno de los mejores peloteros imaginables, quizás el mejor.

      Hoy, hace 29 años, se lo tragó el mar... Tomó el riesgo de abordar un avión no seguro para traer ayuda a Nicaragua esa noche del 31 de diciembre de 1972, y nunca volvió a ser visto... El 30 de septiembre, frente a John Matlack, conectó el hit 3000.

      Se enamoró de nuestro país, de su gente, del ambiente, de la pasión que existía en aquel tiempo por el béisbol, y fue estremecido brutalmente por la tragedia. Lo dejó todo para entregarse de lleno a un plan de ayuda.

      “Estaba escrito”, hubiera dicho Demóstenes.

      Fue agitado el diálogo con Roberto aquella noche, de aquel día, cuando todavía no podíamos “olfatear” el peligro.

      ¿Cuál fue el mejor equipo Pirata que has integrado?

      “A cada equipo hay que analizarlo por años. Por ejemplo, no podemos establecer comparaciones entre los Piratas de 1960 y 1971. Yo estuve en los dos equipos, y, por lo tanto, viví las dos épocas. Pelota brava en todo instante. Digo que a los equipos hay que analizarlos por años porque, precisamente, en este año 72, yo considero que nuestro club estuvo mejor que el año pasado cuando ganamos la Serie Mundial. El pitcheo fue más sólido, se bateó bien, y fildeando se obtuvo un rendimiento excelente, sin embargo, al final nos quedamos ante los Rojos”.

      ¿Podrá Hank Aaron tumbar la marca de Babe Ruth y alcanzar su grandeza?

      “Te voy a explicar. Ruth es un ídolo. Cuando Roger Maris rompió su marca de 60 jonrones, se comenzó a decir que había jugado más juegos, y otras cosas, el asunto era restarle valor a la hazaña de Maris. Ahora con Aaron está ocurriendo lo mismo. Se está hablando de más turnos al bate y de muchos otros factores, pero los que argumentan esto se olvidan de que Ruth conectó un alto número de jonrones en el Yankee Stadium con menos de 300 pies por el jardín derecho, y que en ese tiempo los recursos de los lanzadores eran menos variados”.

      ¿Crees que ahora todo es más difícil para el bateo?

      “El tecnicismo se impone y el bateo se ha convertido en un arte cada vez más complicado. Eso salta a la vista... Creo que el pelotero de hoy sabe más que el de antes. La técnica es distinta. Yo no pretendo deteriorar la imagen de Ruth, fue un pelotero sensacional y lo hubiera sido en cualquier época, pero no estoy de acuerdo en que todos los cronistas se preocupen porque no se rompa su récord y pretendan subestimar a los demás”.

      ¿Ciertamente es la Liga Nacional más exigente que la Americana?

      “Sinceramente creo que sí. Por ejemplo, en el último All Star global de final de temporada, la Liga Americana sólo logró situar un par de hombres, y ambos recibidos de la Liga Nacional... Frank Robinson se marchó a la liga Americana en decadencia y llegó a ganar la triple corona. Así como Robinson hay muchos ejemplos. Claro, hay sus excepciones, pero en la mayoría de los casos, los elementos de la Liga Nacional prevalecen en la Americana, no así los de la Americana en la Nacional”.

      ¿Qué se necesita para batear 400?

       “Hay que reunir varios factores. En primer lugar ser un bateador zurdo, luego disponer de muñecas rápidas para asegurar el tacto, y, naturalmente, tener piernas ligeras. Además, un gran control del bate y confianza. Pero lo más importante es obligar al pitcher a fajarse con uno como lo hacía Ted Williams, llegando incluso a sacrificar el primer strike. De momento sólo Carew parece tener buenas posibilidades”.

      ¿Quién ha sido el mejor pitcher durante los últimos 10 años?

      “La prensa norteamericana estimula poco a los latinos. Ellos tienen abierta preferencia por los norteamericanos. Jugadores mediocres reciben una inmensa publicidad, mientras que verdaderos astros no son destacados como se merece... Nadie me puede enseñar un pitcher mejor que Juan Marichal en los últimos años”.

      ¿Y Sandy Koufax, no fue un Monstruo?

      “Koufax fue un pitcher de unos cinco años, pero Marichal tiene una regularidad notable, es un pitcher de siempre”.

      ¿Cómo has desarrollado esa habilidad para ser un buen bateador de bolas malas?

      “No admito eso que se dice de mí. La bola buena es la que uno batea, y la mala es a la que no le pega. Los strikes que uno no batea son pelotas malas, y las bolas que van fuera de la zona de strike pero que se les pega bien, esas son bolas buenas para batear... Atacando bolas malas no se consigue un buen porcentaje”.

¿CÓMO OLVIDAR AQUEL DIÁLOGO?

      Ahí estaba con esa camisa floreada de seda, pantalón blanca y su esposa Vera como testigo, el gran pelotero de 38 años, con posibles tres o quizás cuatro todavía por delante... Días después, cabalgando sobre un humanismo ejemplar, se hundió en el Océano Atlántico. Era, una leyenda viviente.

                                                                  edgard.tijerino@laprensa.com.ni

 

e-mail: latinoamerica30@hotmail.com

 

 

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