DIOSES
VENEZOLANOS PRECOLOMBINOS
Hace muchos años, antes de
la conquista española, un jefe de los indios Caquetios de la región Nirgua
(Estado Yaracuy), tuvo una hija, una bella muchacha de ojos claros. Según las
tradiciones indígenas una niña de ojos claros traería mala suerte a la tribu.
Pero debido a su gran belleza, el cacique no tuvo el coraje de matarla sino que
la escondió en su bohío. Ya una vez transformada en mujer, un día salió la
joven de la casa a plena luz del sol y se acercó a una laguna donde por primera
vez vio el reflejo de su rostro sobre el agua. Pero la vio también el dueño de
la laguna, una serpiente Anaconda, y se enamoró de la virgen. Rapto de esta
manera a la muchacha, pero la fiera fue castigada por este acto criminal: se
hinchó más y más hasta que llegó a abarcar toda la laguna, el agua salió
inundando todo el territorio de la tribu. Los indios desaparecieron, la
serpiente luego de mucho rato reventó, de esta forma la bella muchacha se
convirtió en la dueña del agua, protectora de los peces y más tarde extendió
sus poderes sobre la naturaleza, la flora y la fauna silvestre.
Espíritu maligno, dueño del bosque,
del viento, demonio de la montaña y señor del ensueño. Siempre está listo a
clavar una espina en la lengua de los que se atreven a salir de noche y que
hacen caso omiso de su silbido de advertencia. A su cargo están los demonios
llamados Suamo, dueños de animales salvajes que comen gente. Habitan las
alturas de los tepuyes guayaneses.
Dios Creador del mundo y de
los hombres. También conocido por otras tribus como: Amaruaca y Amarivaca.
Dios andino de los cultivos.
A esta deidad se le invocaba para conocer el futuro de una cosecha. Se le
rendían sacrificios para que el cultivo fuera bueno. Es conocido también como
el dador del bien y del castigo y como habitante de los páramos y las lagunas.
Deidad acuática. Posee una
naturaleza dual: a la vez es creador y destructor, cura pero también ocasiona
enfermedades. Era esposo de Arca. Se le vincula con Ches y los arco iris. Se le
identifica como un ave del páramo.
Según la tribu de los Yukpa,
Dios creador que vivía en las nubes, de donde una vez bajó a cambiar de sitio
el firmamento para colocarlo donde ahora está. Luego creó al primer Yukpa. Con
el tiempo, viendo al hombre solo, le mandó a un pájaro carpintero como emisario
y le mandó el mensaje de si quería compañía. El primer hombre dijo
que sí y entonces el pájaro se fue en busca del árbol Manüracha o Caricai, que
al ser cortado botaría sangre. El yukpa cortó en dos al árbol y se
transformaron en dos mujeres. Tomó a una de ellas, le hizo cosquillas y
con la risa de la mujer le entró el alma al cuerpo. Hizo lo mismo con la otra
mujer y luego les puso el nombre de Yoripa. Después las preñó y comenzaron así
a nacer los Yukpa.
Dios yukpa de la
agricultura. Era de cabellera muy larga, cubierta de flores y de granos de
maíz. Como no hablaba la lengua Yukpa, usaba una ardilla de intérprete. Vivió
mucho tiempo con la tribu, enseñándoles a cultivar la tierra y cuando al fin se
fue, dicen los Yukpa que se empequeñeció a tal grado que la tierra se lo tragó
y ocurrió entonces el primer temblor.
Según los Waraos, era hijo
del trueno. Era el poseedor del fuego, y lo guardaba celosamente en una cueva,
lejos de los hombres. Junuunay, joven guajiro, pudo entrar en la cueva y robó
dos brasas, y fue así como se extendió el conocimiento del fuego entre los
hombres.
Según los Wayus es la esposa
de Juya, dios de la lluvia. Se dice que posee muchas riquezas y que es muy
peligrosa. tiene una naturaleza dual: es la muerte, pero también es la vida.
Junto con Urrumadua, dioses
creadores entre la tribu de los Achaguas.
Según los Sálivas, fue la
deidad que hizo todo lo bueno y vive en el cielo. Su hijo mató a una
serpiente que tenía acosada a la humanidad, y de cuyas entrañas salieron unos
espantosos gusanos que luego se convirtieron en los caribes.
En la tradición de los hiwi,
era el Dios creador del mundo y los hombres. Para crear al primer hombre
utilizó barro, pero la lluvia lo deshizo, en un segundo intento usó cera de
abejas, pero el sol lo derritió, al tercer y último intento lo hizo de madera.
La reproducción de los Hiwi fue gracias a un ratón que logró que sus sexos se
diferenciaran.
Era el Dios principal de los Waraos. Su nombre significa "El Feliz
que Habita Arriba". Es blanco, cabellos largos, ojos grandes, orejas
largas, tanto que una llega al oriente y otra al occidente, y los zarcillos que
usa brillan como el oro y la plata. Su vestimenta es una túnica finísima que
flota en el aire produciendo la brisa que agita el agua de los ríos.
Cuando camina produce movimientos de tierra. Es el creador de los espíritus
buenos y de los malos.