Una noche cualquiera,
quizás en éste mundo no fue,
se me ocurrió descorchar un vino,
en copas de cristal lo serví.
Puse hielo en la hielera,
y así te esperé.
Me vestí y me perfumé.
Pobre de mi ,
la música suave me envolvía
y mi cabeza solo en ti.
Pensamientos bailaban al compás
de esa música sin fin.
Giraba, giraba,
y al fin comprendí.
Que el hielo no era hielo ,
solo agua ,solo lágrimas,
contenidos en esa hielera de cristal.
Pobre de mi,
quizás he quedado guardada,
en los sueños y nada mas.
Quizás ya no exista , ni en los versos,
he de figurar.
Quizás es el momento de retirarme
y nada mas.
Pobre vino ,encerrado has quedado,
en tu bella copa de cristal.
Sigo bailando, sola, muy sola,
Y me ha dado sed.
Tomo esa copa , y ya no es igual,
tomo de ella, como buscando una verdad.
Bebo, bebo.
Y ahí esta la respuesta, ahí está la verdad.
Sabe a vinagre, y es tan agrio su sabor,
y solo me digo,
ya no esperes mas.
20/02/02
María Cristina Galera
Argentina - Buenos Aires
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Frenesí